EL TIEMPO QUE SE FUE…
A medida que pasan los años, todos vamos cambiando, nuestra
forma de ser, actuar y pensar.
Cuando somos niños el
tiempo no pasa jamás, porque solo pensamos en jugar, no nos importa si estamos
desarreglados, sucios, si tenemos la ropa rota o si nos combina el color de la
remera con el del pantalón. Pero esos pensamientos van mutando en la medida que
crecemos.
En la adolescencia, ya empezamos a mirarnos diferente y por
lo general, siempre caemos en la cuenta de algún que otro defectito, que si el
pelo así, que si el cuerpo de esta manera, etc.
Y así se nos va el tiempo, olvidándonos de lo más
importante….Disfrutar de cada momento.
Quizás cuando seamos adultos desearemos volver a la niñez, a ser esos pequeños que miraban al mundo sin preocupaciones, llenos de magia y de sueños.